viernes 8 de octubre de 2010

John Keel: Misteriosas Oleadas Criminales



Misteriosas Oleadas Criminales
por John A. Keel (1930-2009)

Traducción de Scott Corrales (c) 1992

Cada verano, extraños fantasmas cabalgan a través del panorama, cometiendo crímenes extraños y dejando pistas absurdas tras de sí. La policía en miles de ciudades desparramadas convoca ruedas de prensa a regañadientes y confiesan su asombro. Algunos de los crímenes son tan insólitos que jamás son registrados en los archivos de la policía. La Policía Estatal, el F.B.I., y otras agencias que hacen cumplir las leyes excluyen dichos actos de sus estadísticas, mientras que los periódicos locales los tratan como anécdotas de interés humano a ser ocultados entre las páginas de clasificados. No obstante, existe entre nuestro medio una agrupación internacional de bandidos y matones indefinidos, al acecho en callejones y cementerios, llevando a cabo proezas de locura año tras año y generación tras generación. O a lo mejor son los "durmientes" los que cometen estos crímenes, mientras que se hallan en un estado de amnesia.

Durante los últimos cinco años, alguien ha estado robando veletas en Nueva Inglaterra. Arrancándolas, literalmente hablando, de las casas y los pajares. Algunas de éstas veletas se remontan al siglo XVIII y son piezas muy valiosas para los coleccionistas. Según dicen los testigos, los ladrones fantasmas vuelan sobre las viejas granjas en helicópteros y echan un lazo sobre la veleta, arrancándola de cuajo. Amas de casa y granjeros, puestos sobre aviso por los ruidosos motores, han salido aprisa justamente a tiempo para ver como un helicóptero de color anaranjado encendido se alza en vuelo, con una veleta colgando en el cabo de una soga. El ladrón fantasma de veletas ha estado muy ocupado en Massachusetts, Nueva Hampshire y Vermont. Nadie ha conseguido dar con el dueño del helicóptero anaranjado o con su punto de partida. Los helicópteros son difíciles de volar y caros de mantener. El dueño de helicópteros promedio puede encontrar maneras más legales de ganarse la vida. No es nada fácil hacerse unos cuantos dólares hurtando y vendiendo veletas.

Otros objetos extraños son robados frecuentemente. En 1973, una bola rompedora de cinco toneladas de peso, propiedad de la compañía de construcción Dowling en Indianápolis, Indiana, desapareció repentinamente. Los trabajadores la dejaron en el aire a 200 pies del suelo, suspendida por una grúa. Cuando regresaron a la mañana siguiente, la grúa permanecía en su lugar pero la bola rompedora se había esfumado.

Hace varios años, un "bulldozer" inservible, de varias toneladas de peso, desapareció del estacionamiento de una compañía de construcción en Scranton, Pennsylvania. Como el motor de la máquina estaba lleno de arena, el autor del robo tuvo necesidad de llevarse la enorme máquina con otra aún más grande...sin dejar rastro ni pistas.

En Newton, Utah, alguien se robó un establo completo mientras que el dueño se hallaba de vacaciones, pero las desapariciones de edificios enteros son asunto común estos días. Las casas de materiales prefabricados, sobre todo las que son erigidas como viviendas veraniegas, son las más expuestas al "secuestro". Solamente tiene que venir alguien con un camión, desmantelar la casa, y llevársela. No obstante, también han habido casas de piedra que han desaparecido, al igual que hay puentes de acero, trenes completos (estacionados en las vías), y aviones. Créalo o no, pero hoy día existen pandillas de ladrones de aviones, al igual que las pandillas de ladrones de autos (18.000 automóviles son hurtados anualmente en las calles de Nueva York). Un misterio de pequeña escala fue resuelto después de que los aeropuertos de la costa oeste informaron que alguien estaba despojando el plástico de los planeadores amarrados en sus campos. ¡Resultó que los perros salvajes invadían los aeropuertos para literalmente comerse los planeadores!

¿Pero que puede comerse una casa de piedra, una bola rompedora de cinco toneladas, o un puente de acero?

Desaparecen personas también, por cierto.

En marzo de 1973, la Sra. Miriam Ahmed Shinata, de 20 años de edad, recién casada de cuatro meses, fue engullida por un hoyo en el piso. La señora y su marido iban caminando por la calle en Alejandría, Egipto, cuando la acera se abrió de repente y la joven cayó por el agujero. Una unidad de rescate llegó al lugar rápidamente, y excavaron a una profundidad de treinta pies sin hallar nada.

¿Vampiros del espacio exterior?

En años recientes, miles de vacas, ovejas, perros y caballos han muerto bajo condiciones sospechosas. Alguien o "algo" ha removido la sangre de sus cadáveres con gran destreza y ha extirpado con precisión de cirujano sus órganos sexuales, lenguas y orejas. Este fenómeno no tiene nada de nuevo. Lo hemos seguido por los últimos veinte años, y resulta ser que oleadas periódicas de mutilaciones de animales han tomado lugar alrededor del mundo por casi doscientos años. Al comienzo de los años 70, las mutilaciones aumentaron notablemente en la región este de los EEUU. Los furibundos granjeros de Pennsylvania tuvieron reuniones, creyendo que se trataba de cuatreros, y para 1975, varios estados en el centro y la región oeste del país se encontraban alterados de la misma manera. Las matanzas sin sentido llegaron a su clímax el verano de ése año y las autoridades locales decidieron que estaban lidiando contra un grupo secreto de adoradores del demonio. Otros echaban la culpa a depredadores espaciales, porque a menudo podían verse extraños objetos voladores y "helicópteros fantasma" no lejos de las mutilaciones.

Nuestros viejos amigos, los Grandes Monstruos Peludos (GMP), también volvieron a la escena. Testigos alarmados dieron parte a las autoridades sobre la presencia de los enormes bípedos en las afueras de Pittsburgh, Pennsylvania, en conexión con la desaparición o matanza de animales domésticos. Las criaturas supuestamente robaron gallineros, invadieron los chiqueros de los cerdos, arrancaron las gargantas de ovejas indefensas y en términos generales, llevaron a cabo una campaña de terror contra las comunidades rurales.

Para enero de 1976, muchos residentes del estado de Tejas especulaban que la epidemia de mutilaciones de animales estaba vinculada a las apariciones del "Pájaro Grande" que estaba aterrando a la comunidad de chicanos en Brownsville. El "Pájaro", descrito por algunos testigos presenciales como un pterodáctilo prehistórico, se había visto esporádicamente desde 1945. También puede existir alguna conexión con el "Pájaro del trueno" que aparece frecuentemente en las leyendas de los indios norteamericanos.

Recientemente no ha habido informes sobre "Pájaros Grandes" en Australia, pero monstruos simiescos de gran tamaño se encuentran merodeando por las regiones que constituyen el "Outback" de aquel país. La mayoría de la actividad se ha concentrado en un pueblito llamado Goolma. Las apariciones de los GMP también han sido acompañadas por mutilaciones y avistamientos de ovnis. Algo que dejó huellas de quince pulgadas de largo y seis de ancho aparentemente quebró los cuellos de varias cabezas de ganado. Varios perros también resultaron muertos o desaparecidos. Los monstruos peludos fueron vistos varias veces por testigos fiables en mayo de 1975, cuando las mutilaciones de animales alcanzaron proporciones epidémicas. Avistamientos de platívolos llegaron a su clímax simultáneamente en Goolma, Wellington, Gerie, y Gulgong en Nueva Gales del Sur.

Al otro lado del planeta, en la provincia de Sodermanlandia en Suecia, los granjeros se hallaban escandalizados sobre una racha de mutilaciones que se desencadenó en la primavera de 1976. Al igual que en los casos estadounidenses, los mutiladores hicieron caso omiso de las partes comestibles de la carne de los animales y extrajeron órganos inútiles como el corazón y los órganos sexuales. En casi todos los casos, los cadáveres estaban desangrados. Suecia ha tenido sus avistamientos de monstruos peludos también, y los platillos voladores son, por supuesto, algo familiar en las provincias escasamente pobladas al norte del círculo polar.

Mientras que me hallaba investigando las mutilaciones de animales a mediados de los años 60, me dejó perplejo la perenne ausencia de sangre. Una bestia recién sacrificada sangra profusamente, y siempre debe poder hallarse rastros de sangre en la tierra, hierba y área circundante. Los mutiladores fantasma conseguían hacer lo imposible:¡matar y descuartizar a sus víctimas sin derramar una sola gota de sangre! Más extraño aún resultaba el que podían drenar toda la sangre del cadáver sin dejar ni una sola marca. Veterinarios y patólogos experimentados han examinado los cuerpos de los animales mutilados en los EEUU sin encontrar ningún hoyo o incisión quirúrgica en el cadáver desangrado.

Una teoría en circulación entre las agencias policiales es que los animales reciben un disparo de un rifle tranquilizante. Dichas armas son poco comunes, requieren cierto grado de adiestramiento para su buen uso, y emplean un tranquilizante basado en la nicotina. Por ende, deberían hallarse rasgos de nicotina en los órganos aunque se haya extraído la sangre por completo. Al no encontrar semejante rastro, las autoridades han quedado perplejas.

¿Quedan paralizados los animales por la misma fuerza extraña que ha paralizado a los humanos durante avistamientos de ovnis? En vez de hacer uso de drogas, los mutiladores tal vez estén haciendo uso de algún tipo de energía eléctrica que deja el sistema nervioso inmóvil.

En los cuantiosos casos de "hombres de negro", los testigos han informado que sintieron un adormecimiento o parálisis cuando se enfrentaron a los extraños sujetos. En la Europa medieval se pensaba que estos seres de indumentaria negra eran vampiros malvados. Según cuenta la leyenda, paralizaban a sus víctimas primero mediante el uso de la mirada, y luego bebían su sangre. ¿Tendrán éstas leyendas bases en los hechos reales? Afortunadamente, no han habido casos de vampirismo certificable en nuestros tiempos, pero sí hemos tenido desapariciones de humanos cada año, y podemos especular que los vampiros de hoy son demasiado listos y ocultan o entierran la evidencia. Quizá han decidido concentrar sus prácticas sangrientas sobre los animales, porque la matanza de seres humanos se ha vuelto muy difícil y demasiado embarazosa.

Todo esto revive una de las teorías más espeluznantes de Iván Sanderson: que la tierra es una granja y que somos nosotros la cosecha. ¿Acaso nos asolan periódicamente los ovnis para satisfacer su deseo de sangre, obrando tras una cortina de humo de decepción y confusión?

Sectas Secretas

Otra teoría muy popular en los años 70 era que las mutilaciones de animales eran la obra de una secta secreta de adoradores del demonio. Tales cultos existen y siempre han existido, pero los peores ritos satánicos involucran el sacrificio de niños pequeños, no la inmolación de rebaños enteros de ovejas. Cualquier culto que pueda campear por sus respetos en una docena de estados a la misma vez, matar miles de animales y no dejar una sola huella debe ser muy grande, muy bien financiado y bien organizado. Pero si tuviesen los medios para obrar en una escala nacional o hasta internacional, ciertamente podrían tener sus propios ranchos y mataderos. No tendrían necesidad de meterse en algún pastizal de Oklahoma para desangrar a unas cuantas vacas.

Sin embargo, han existido muchas pistas falsas que apuntan hacia la existencia de un culto que se dedica al sacrificio de animales. Investigadores experimentados como Jerome Clark y Ed Sanders (reconocido por su estudio del culto de Charles Manson) han entrevistado a personas que supuestamente saben algo sobre éste culto. Pero, al igual que la policía, acaban con las manos vacías.

De vez en cuando hay un informe espectacular que involucra misteriosos tipos encapuchados vistos en el área de las mutilaciones. En los años 60, una señora en Ohio afirmaba que unos hombres altos en indumentaria blanca estaban matando sus vacas. Me dijo que les había perseguido con su escopeta, y que se quedó atónita cuando vio que eran capaces de saltar sobre las rejas altas con gran facilidad.

En septiembre de 1975, Don Mitchell, un empleado del servicio forestal, afirmó haber visto hombres encapuchados en un lugar llamado Cabin Creek, en Idaho.

«Las vacas en el corral habían estado haciendo mucho ruido, y se callaron de repente.» dijo Mitchell. «Mi caballo estaba muy tranquilo también, y miraba hacia la ladera de la colina. Pensé que se trataba de alces, y decidí ir a ver. Cuando le dimos la vuelta a unos sauces, los ví: dos sujetos con mantos y capuchas de color negro. El más alto de ellos tenía cinco pies con diez pulgadas de estatura, y el más pequeño cinco con ocho. El más alto tenía un zurrón de lona vacío sobre su espalda. Iban caminando rápidamente hacia Cove Creek.»

Mitchell se hallaba a 50 yardas de los dos hombres, y aunque iba a caballo, no consiguió alcanzarles. Más tarde, oficiales del departamento del comisario de Blaine County examinaron el área con resultados negativos.

¿Quien se iría a una región boscosa tan remota vistiendo ropajes largos y negros? Es como irse de cacería en traje de etiqueta.

Existen muchos informes sobre hombres encapuchados que han sido vistos en muchas partes del mundo...saltando de un lado de la carretera a otra en Inglaterra, caminando a lo largo de caminos aislados en Minnesota y Virginia Occidental, huyendo de granjas viejas en Nueva Inglaterra. ¿Quienes son? Si uno se pone a pensar, tal vez les sea necesario usar la capucha y el manto. Estas "personas" tal vez no se parezcan en lo más mínimo a nosotros. Para desenvolverse en nuestro medio tienen necesidad de cubrir sus cuerpos posiblemente alienígenas de pies a cabeza. Bajo esos ropajes, quien sabe si no estén completamente cubiertos de pelo.

La huellas que desaparecen

Otra intrigante de las mutilaciones de animales es la ausencia de huellas de pisadas o de los neumáticos de los vehículos alrededor de los cuerpos, aún cuando los cadáveres se hallan en medio del lodo o de la nieve. Los que abogan por la teoría de los cultos satánicos han sugerido que los culpables echan pedazos de cartón sobre el suelo y caminan sobre ellos. No tiene nada de descabellado, puesto que los bandidos árabes en el Oriente Medio han conocido por siglos la manera de borrar sus huellas en la arena suave. Un granjero en el oeste declaró que había encontrado una vaca muerta en un campo de lodo. Caminó alrededor de ella y la examinó, dejando profundas huellas en el lodo. Un día más tarde, regresó al lugar con oficiales de la policía y para su asombro, sus propias huellas habían desaparecido.

Objetos aéreos, comúnmente helicópteros, han sido vistos con frecuencia en las cercanías de las mutilaciones, cosa que lleva a muchos a suponer que los mutiladores llevan a cabo sus tareas desde el aire. Un agente del Buró de investigaciones de Colorado, Carl Whiteside, tiene sus dudas sobre ésta teoría.

«Si usan un helicóptero, imaginen la cantidad de dinero que se necesita.» dijo Whiteside.«Un helicóptero cuesta entre un cuarto de millón a medio millón de dólares, y el costo de combustible sería de unos nueve dólares la hora.»

La Asociación de Ganaderos de Colorado ofreció una recompensa de $5.000 dólares por una solución al misterio. Y con razón, porque en cuatro meses de 1975, un total de 175 mutilaciones habían tomado lugar en 21 condados de ése estado.

«Para resolver un crimen, hay que establecer primero los motivos,» se quejó el agente Whiteside recientemente, «pero esto es un crimen sin sentido. El propósito de llevarse éstas partes de animales es algo que desconocemos, pues dichas partes carecen de valor comercial. No existe motivo financiero. Todo lo que tenemos ahora es ganado mutilado.»

Los informes que llegan desde Australia, Suecia, África y otros países extranjeros indican que estamos lidiando con una de dos cosas: 1) Una organización mundial provisto de un personal altamente entrenado, con buen apoyo financiero y extraños motivos;
2) Lo Desconocido; una fuerza que hace uso de ovnis, criaturas tipo "Bigfoot", y otros fenómenos extraños para llevar a cabo una misteriosa misión en nuestro mundo.
Al paso de los años, los mutiladores han causado muchos millones de dólares en pérdidas. La situación parece necesitar de una investigación masiva a nivel internacional por todas las agencias policiacas. Gastamos más tiempo y dinero rastreando carros robados que lo que gastamos en investigar este misterioso y costoso fenómeno. Si una organización humana se encuentra detrás de todo esto, deberíamos estar tratando de ponerlos fuera de acción y encarcelarlos a todos.

Pero, como dicen los agentes, tenemos que hallar el motivo. Y si los culpables resultan ser no-humanos, a lo mejor nos conviene no saber.

Vandalismo sobrenatural

Los policías locales también se quejan de los "adolecentes atorrantes" cuando alguna fuerza misteriosa visita los cementerios de sus pueblos. Las lápidas caen en hileras perfectas. Algunas se rompen o son tajadas limpiamente en el fondo. Como las lápidas modernas vienen conectadas a sus bases con gruesas varillas de acero, una pandilla de chicos aburridos no podría ser culpables del daño realizado. Habría necesidad de emplear un tractor pesado o un "bulldozer" con cadenas pesadas para derribar dichas lápidas. De nuevo, sucede que no se encuentran huellas ni pisadas. Las lápidas--de veinte a treinta, a veces--amanecen derribadas en hileras precisas. Esta clase de daño sucedo en cientos de cementerios repartidos por todo el país una vez al año. Ninguna agencia de prevención criminal ha realizado un estudio sobre el fenómeno. Después de que se ha hecho el daño, se les ordena a los policías montar guardia en el cementerio por días o semanas. El "vandalismo" concluye, por supuesto.

Otra manifestación interesante de este vandalismo es el resquebrajamiento de parabrisas que toma lugar periódicamente. Una variación curiosa de éste fenómeno sucedió en Nápoles, Italia, en 1972, cuando más de cuarenta dueños de automóviles se quejaron que los parabrisas de sus carros habían sido robados. A un buen mecánico le puede tomar más de una hora el quitar un parabrisas. ¿Había cuarenta mecánicos haciendo de las suyas en Nápoles aquella noche?

Según el New York Times del 24 de abril de 1921, más de 2500 ventanas de cristal fueron quebradas en aquel año por «un misterioso grupo de hombres.» Las epidemias de vidrios rotos se han repetido muchas veces desde entonces.

Cada año, docenas de poblaciones a través del país experimentan los estragos de los quebrantavidrios fantasma. La policía supone casi siempre que los responsables son adolecentes con martillos. Pero el vidrio de seguridad es difícil de romper, y estas epidemias suceden en oleadas de cuarenta a cien parabrisas destruidos en una sola noche. Una variante de éste fenómeno es el "francotirador fantasma": los cristales de los automóviles quedan parcialmente rotos por lo que parecen ser hoyos de bala. El problema es que no se encuentran ni balas ni proyectiles de ningún tipo dentro de los vehículos. La oleada más grande de quebraduras de parabrisas tomó lugar en los EEUU de 1952 a 1954, pero hubo una oleada diminuta en comunidades esparcidas a través del país en la primavera de 1975.

Las compañías principales de servicio público han tratado de atrapar la misteriosa pandilla fantasma de ladrones de alambre que se ha dedicado a robar millas de cables eléctricos pesados durante años. El cobre es un mineral escaso hoy día, y el robo del mismo no es sorprendente. En 1966, un buque cargado de cobre desapareció en las costas de Indochina. Pero la pandilla de ladrones de cobre se hace la vida difícil. Se suben a las torres de acero y cortan los cables que portan cargas mortíferas de electricidad. Entonces, se ven en la necesidad de rodar el cable en grandes bobinas y llevárselo. Aparte del riesgo que conlleva semejante operación, el tiempo y el esfuerzo requerido para robar el cobre de esta manera supera las pequeñas ganancias que los ladrones pudiesen sacar de sus operaciones.
Sería más fácil robar veletas.

¿Estamos aprovisionando a los ultraterrestres?

No queremos decir con esto que personas de otro mundo están robando nuestros alambres, veletas y vidrio, pero la historia nos indica que hace cien años, algún tipo de ladrones fantasma se hallaba muy ocupado, y se mantienen activos en nuestros días.

Algunos investigadores, perplejos ante la ausencia de pistas en muchos de estos casos, están considerando seriamente si no estaremos aprovisionando a algún extraño mundo extra dimensional con materia prima. Es obvio que algo o alguien requieren enormes cantidades de sangre humana y animal, y que se la hemos proporcionado por cientos de años. Existen, también, las extrañas manifestaciones de ovnis en los vertederos de basura y en las fábricas. ¿Acaso se roban nuestra basura los marcianos?

En un número dado de casos, los testigos han dicho haber visto enormes ovnis en proceso de cargar un tipo u otro de provisiones. Automóviles hechos en Detroit han entrado dentro de discos estacionados en el suelo. Cuatro testigos en Cherry Hill, Nueva Jersey, supuestamente vieron una enorme máquina parecida a un dirigible flotando sobre una compañía de computadoras en 1966, y los hombres en el techo del edificio estaban ayudando a cargar las cajas al aparato.

Tanto la Unión Soviética como los EEUU han perdido satélites caros después de haberlos lanzado al espacio. ¿Será que se los robaron los desconocidos ovninautas? Algunos estudiosos del Triángulo de las Bermudas han opinado que los aviones y barcos desaparecidos en dicha zona realmente fueron pirateados por ovnis.

A veces parece que todo lo que hay en el planeta corre el riesgo de ser llevado...y que una inteligencia no muy humana es la responsable.

Fuente: http://arcanamundiblog.blogspot.com/

sábado 2 de octubre de 2010

Spring Heeled Jack





Spring Heeled Jack (escrito también Springheel Jack, Spring-heel Jack, etcétera) es un personaje del folclore inglés que se habría aparecido en la época victoriana, siendo capaz de realizar saltos extraordinariamente altos (spring heeled significa literalmente ‘con muelles en los talones’). El primer supuesto avistamiento de Spring Heeled Jack sucedió en 1837. Más tarde se informó de otros posibles avistamientos por toda Inglaterra, desde Londres hasta Sheffield y Liverpool, si bien fueron especialmente frecuentes en los suburbios londinenses y más tarde en los Midlands y Escocia.

Se han propuesto muchas teorías para explicar la naturaleza e identidad de Spring Heeled Jack, ninguna de las cuales ha explicado completamente el fenómeno. La leyenda urbana de Spring Heeled Jack adquirió una inmensa popularidad en su época gracias a las historias sobre su estrafalaria apariencia y su capacidad para efectuar saltos extraordinarios, hasta el punto de llegar a convertirse en protagonista de varias obras de ficción.

Spring Heeled Jack era descrito por las personas que afirmaban haberlo visto como con una apariencia espantosa y aterradora, una fisiognomía diabólica que incluía garras metálicas afiladas en sus dedos y ojos que «parecían bolas de fuego rojo». Un informe afirmaba que, bajo una capa negra, llevaba un casco y una prenda ajustada blanca como «hule». Muchas historias mencionan también un aspecto «demoníaco». Se decía que Spring Heeled Jack era alto y delgado, añadiendo algunos informes que podía exhalar llamas azules y blancas. Al menos dos personas afirmaron que podía hablar un inglés comprensible.

Historia

Primeros informes

Los primeros relatos sobre Spring Heeled Jack aparecen en Londres 1837 y su último supuesto avistamiento sucede en Liverpool en 1904.

Los primeros informes sobre Jack fueron de un hombre de negocios que volvía a casa tarde una noche de trabajar, quien contó que fue súbitamente sorprendido cuando una figura misteriosa saltó fácilmente sobre las altas verjas de un cementerio, cayendo justo en su camino. No informó de ningún ataque, pero su descripción era inquietante: un hombre musculoso con rasgos diabólicos, incluyendo grandes orejas y narices puntiagudas, además de ojos brillantes y saltones.

Más tarde, en octubre de 1837, una muchacha llamada Mary Stevens caminaba hacia Lavender Hill, donde trabajaba como sirviente, tras visitar a sus padres en Battersea. A su paso por Clapham Common, según afirmaría más tarde, una extraña figura saltó ante ella desde un callejón oscuro. Tras inmovilizarla abrazándola fuertemente, empezó a besarle la cara, mientras rasgaba sus ropas y le tocaba el cuerpo con sus garras, que eran según su descripción «frías y húmedas como las de un cadáver». Aterrorizada, la muchacha gritó, haciendo que el atacante huyese rápidamente de lugar. El alboroto atrajo a varios vecinos que inmediatamente comenzaron la búsqueda del agresor, a quien no pudo hallarse.

Se dice que el día siguiente el personaje saltarín eligió a un víctima muy diferente cerca del hogar de Mary Stevens, inaugurando un método que se repetiría en avistamientos posteriores: saltó ante un coche, provocando que el cochero perdiese el control, se estrellase y quedase gravemente herido. Varios testigos afirmaron que escapó saltando por encima de un muro de casi 3 m mientras balbuceaba con una risa aguda y zumbona.

Gradualmente, las noticias sobre el extraño personaje se extendieron, y pronto la prensa y el público le dieron nombre: Spring Heeled Jack.

Reconocimiento oficial

Unos pocos meses después de los primeros avistamientos, el 9 de enero de 1838, el Lord Mayor de Londres, Sir John Cowan, reveló en una sesión pública celebrada en Mansion House una queja anónima que había recibido algunos días antes, y que había retenido con la esperanza de obtener más información. El remitente, que había formado de la carta como «un residente de Peckham», escribió:

"Parece que algunos individuos (de, como cree el autor, las mejores clases) han hecho una apuesta con un compañero travieso y temerario, sobre que no se atrevería a encargarse de visitar muchos de los pueblos cercanos a Londres con tres disfraces diferentes: un fantasma, un oso y un diablo; y más aún, que no entraría en los jardines de la gente con el objeto de alarmar a los habitantes de la casa. La apuesta, sin embargo, ha sido aceptada, y el infantil villano ha logrado hacer desmayar a siete señoras, dos de las cuales probablemente no se recuperarán, sino que se convertirán en cargas para sus familias.

En una casa el hombre tocó el timbre, y cuando la sirviente fue a abrir la puerta, encontró a este animal vestido de forma no menos espantoso que un espectro. La consecuencia fue que la pobre chica se desvaneció inmediatamente, y nunca desde este momento ha recuperado la razón.
El asunto ha continuado por algún tiempo y, aunque resulte extraño, los periódicos siguen en silencio al respecto. El autor tiene razones para creer que tienen la historia completa en la punta de sus dedos pero, debido a motivos interesados, han sido convencidos para permanecer en silencio".

Aunque el Lord Mayor parecía bastante escéptico, un miembro de la audiencia confirmó que «jóvenes criadas de Kensington, Hammersmith y Ealing cuentan espantosas historias sobre este fantasma o diablo». El asunto fue publicado en The Times el 9 de enero y en otros diarios nacionales el 10, y al día siguiente (11 de enero) el Lord Mayor enseñó a un abarrotado auditorio una pila de cartas procedentes de varios lugares de Londres y alrededores quejándose de parecidas «bromas malvadas». La cantidad de cartas que llegó a Mansion House siguiere que las historias estaban muy difundidas en los suburbios londinenses. Un remitente afirmaba que varias jóvenes de Hammersmith habían sido asustadas hasta «estados peligrosos», y algunas «gravemente heridas por una especie de garras que el desaprensivo llevaba en las manos». Otro afirmaba que en Stockwell, Brixton, Camberwell y Vauxhall varias personas habían muerto de miedo y obras había sufrido ataques; mientras, otro contaba que el bromista había sido visto repetidas veces en Lewisham y Blackheath.

El propio Lord Mayor tenía dos opiniones sobre el asunto: pensaba que se habían hecho «las mayores exageraciones» y que era bastante imposible «que el fantasma realice las proezas de un demonio sobre la tierra», pero por otra parte alguien en quien confiaba le había hablado de una criada en Forest Hill que había sido asustada hasta sufrir un ataque por una figura con piel de oso, por lo que estaba seguro de que la persona o personas involucradas en esta «exhibición de pantomima» serían atrapadas y castigadas. Se ordenó a la policía que buscase al individuo responsable, y se ofrecieron recompensas.

Los informes de Scales y Alsop

Quizá los más famosos incidentes relacionados con Spring Heeled Jack sean los supuestos ataques que sufrieron dos adolescentes, Lucy Scales y Jane Alsop. El de Alsop fue ampliamente cubierto por los periódicos, mientras sólo uno informó del de Scales, presumiblemente porque Alsop procedía de una familia bien acomodada y Scales de una familia de comerciantes. Este influjo mediático alimentó la histeria colectiva que envolvía al caso.

Se informó que, el 20 de febrero, la joven de 18 años Jane Alsop abrió la puerta del hogar paterno en el distrito londinense de Bow a un hombre que afirmaba ser oficial de policía, quien le pidió que trajese una luz porque él y otro oficial habían «atrapado a Spring Heeled Jack aquí en la calle», pero este hombre la atacó entonces, rasgándole el vestido y tirándole del pelo hasta que otros miembros de la familia acudieron a ayudarla. Alsop contó a los investigadores de la policía de Lambeth que «llevaba una especia de casco, y un disfraz blanco ajustado con aspecto de hule. Su cara era espantosa y sus ojos como bolas de fuego. Tenía garras en las manos de algún material metálico, y vomitaba llamas azules y blancas.»

El informe de Scales es como sigue: cinco días después, el 28 de febrero de 1838, la muchacha de 18 años Lucy Scales y su hermana volvían a casa tras visitar a su hermano, un carnicero que vivía en una zona respetable de Limehouse. Ligeramente adelantada a su hermana, Lucy estaba a mitad de camino de Green Dragon Alley cuando un personaje que había estado esperando en un rincón del pasaje apareció y la atacó. La figura respiró fuego en la cara de Lucy y entonces huyó mientras la muchacha caía al suelo, presa de violentos espasmos que duraron varias horas. Unos pocos días después, el 6 de marzo, Lucy y su hermana prestaron declaración en la comisaría de policía de Lambeth Street acompañadas por su hermano, William.

La leyenda se difunde

The Times informó del supuesto ataque sobre Jane Alsop bajo el titular «Atrocidad en Old Ford». A esto siguió el relato del juicio de un tal Thomas Millbank, quien, inmediatamente tras el ataque sobre Jane Alsop, se había jactado en el Morgan's Arms de ser Spring Heeled Jack. Fue arrestado y juzgado en la corte de Lambeth Street. El oficial que le arrestó fue James Lea, que antes había atrapado a William Corder, el asesino de Red Barn. Millbank había estado vistiendo overol blanco y un abrigo, que había dejado fuera de la casa, donde también se halló la vela que había dejado caer. Eludió la condena sólo porque Jane Alsop insistió en que su atacante había respirado fuego, y Millbank admitió que no podía hacer tal cosa. La mayoría de los demás relatos fueron escritos mucho más tarde de la fecha, no mencionándolos los periódicos contemporáneos.

Tras estos incidentes, Spring Heeled Jack se convirtió en uno de los personajes más populares de la época. Sus supuestas hazañas fueron recogidas por los periódicos y se convirtió en protagonista de varios penny dreadfuls y obras teatrales representadas en los teatros baratos que abundaban por entonces. Pero, a medida que crecía su fama, los informes sobre sus apariciones se hicieron más infrecuentes. Sin embargo, en 1843 una oleada de avistamientos volvió a inundar el país. Un informe de Northamptonshire le describía como «la misma imagen del propio diablo, con cuernos y ojos en llamas», y en Anglia Oriental las noticias de ataques sobre conductores de coches de correo se volvieron comunes.

Los últimos informes

A principios de los años 1870, Spring Heeled Jack fue supuestamente visto de nuevo en varios lugares distantes entre sí. En noviembre de 1872, el News of the World informó que Peckham estaba «en estado de conmoción debido a lo que se conocía como “Fantasma de Peckham”, una figura misteriosa, de apariencia bastante alarmante». El editorial señalaba que no era otro que «Spring Heeled Jack, quien aterrorizó a la anterior generación». Historias parecidas fueron publicadas en las Illustrated Police News. En abril y mayo de 1873 sucedieron numerosos avistamientos del «Fantasma del Parque» en Sheffield, que los lugareños llegaron a identificar con Spring Heeled Jack.

A esta noticia siguieron más supuestos avistamientos hasta agosto de 1877, siendo uno de los más notables el protagonizado por un grupo de soldados del cuartel de Aldershot. Un centinela de servicio en el Campamento Norte miraba a la oscuridad, donde le había llamado la atención una peculiar figura brincando por la carretera hacia él. El soldado le dio el alto, que fue ignorado, y la figura desapareció de la vista unos momentos. Cuando el soldado volvía a su puesto, la figura reapareció junto a él y le propinó varias bofetadas con «una mano tan fría como la de un cadáver». Uno de los guardias le disparó, sin efecto visible, si bien algunas fuentes afirman que el soldado pudo haberle disparado cartuchos de fogueo, usados sólo para hacer disparos de advertencia.

En otoño del mismo año, Spring Heeled Jack volvió a ser visto en Newport Arch (Lincolnshire), llevando una piel de oveja. Una multitud enfadada le habría perseguido y acorralado, y al igual que en Aldershot, le habrían disparado sin lograr efecto alguno. Muchos testigos afirmaron que los disparos le alcanzaron, sonando como si golpeasen un objeto metálico hueco como un «cubo vacío». Como de costumbre, se decía que hizo uso de sus habilidades saltarinas para escapar de la multitud y desaparecer una vez más.

A finales del siglo XIX, los supuestos avistamientos de Spring Heeled Jack se fueron desplazando hacia el oeste de Inglaterra. En septiembre del 1904, en Everton, al norte de Liverpool, Spring Heeled Jack habría aparecido en el tejado de la Iglesia de San Francisco Javier, en Salisbury Street. Los testigos contaron que súbitamente saltó y cayó al suelo, aterrizando tras una casa cercana. Cuando corrieron a este punto, sigue la historia, se enfrentaron a un hombre alto y musculoso, vestido completamente de blanco y llevando un casco «con forma de huevo», que les esperaba de pie. Rió histéricamente a la multitud y se abalanzó sobre ella, haciendo que varias mujeres se desmayasen. Librándose de ellos de un salto gigante, desapareció tras las casas vecinas.

El 18 de junio de 1953, una figura parecida a algunas descripciones de Spring Heeled Jack fue avistada en un pecán en el patio de un edificio de apartamentos de Houston (Texas). Hilda Walker, Judy Meyers y Howard Phillips describieron a un hombre con «capa negra, pantalones ajustados y botas altas», y «ropas ajustadas grises o negros».

Teorías

Nadie ha sido atrapado e identificado nunca como Spring Heeled Jack, lo que combinado con las extraordinarias habilidades que se le atribuyen y el largo periodo durante el que se informó de avistamiestos ha llevado a la exposición de todo tipos de teorías sobre su naturaleza e identidad. Mientras varios investigadores buscan una explicación racional a estos sucesos, otros autores exploran los detalles más fantásticos de las historias para proponer varias teorías paranormales diferentes.

Posiciones escépticas

Los investigadores escépticos han desestimado las historias sobre Spring Heeled Jack como fruto de la histeria colectiva que rodeó a los diversos relatos sobre un bogeyman o diablo que se apareció durante décadas, o como mitos urbanos exagerados sobre un hombre que trepaba por los tejados afirmando que el diablo le perseguía.

Otros investigadores creen que algunos individuos pueden haber estado tras sus orígines, y haber sido seguidos por imitadores. Spring Heeled Jack fue ampliamente considerado no una criatura sobrenatural sino una o más personas con un macabro sentido del humor. Esta idea concuerda con el contenido de la carta al Lord Mayor, que acusaba a un grupo de jóvenes aristócratas envueltos en una irresponsable apuesta como culpables.

Un popular rumor que circuló tan pronto como en 1840 señalaba a un noble irlandés, el marqués de Waterford, como principal sospechoso. Haining sugirió que esto pudo haberse debido a que previamente tuvo malas experiencias con mujeres y oficiales de policía. El marqués apareció frecuentemente en noticias de finales de los años 1830 por reyertas de borrachos, bromas crueles y vandalismo, y se decía que hacía cualquier cosa por una apuesta. Su comportamiento irregular y su desdén hacia las mujeres le ganaron el apodo de «el Marqués Loco», y también se sabe que estuvo en la zona de Londres en la época en la que ocurrieron los primeros incidentes. Pero The Waterford Chronicle pudo informar de su presencia en la baile del día de San Valentín en el castillo Waterford, dándole una coartada para los ataques sobre Jane Allsop y Lucy Scales que son cruciales para la supuesta existencia de Jack. Sin embargo, en 1880 fue calificado de culpable por el reverendo E. C. Brewer, quien aseguró que el marqués «solía entretenerse abalanzándose sobre viajeros desprevenidos, asustándolos, y de cuando en cuando otros han seguido su ridículo ejemplo». En 1842 el marqués de Waterford se casó y se estableció en Curraghmore House (Irlanda), y se sabe que llevó una vida ejemplar hasta su muerte en accidente ecuestre en 1859. Spring Heeled Jack siguió activo varias décadas después, lo que lleva a los partidarios de su culpabilidad a la misma conclusión que Brewer.

Investigadores escépticos han afirmado que la historia de Spring Heeled Jack fue exagerada y alterada por la histeria colectiva, un proceso al que muchos aspectos sociológicos pueden haber contribuido. Estos incluyen rumores infundados, superstición, tradición oral, publicaciones sensacionalistas y un folclore rico en historias de hadas y extrañas criaturas pícaras. El chismorreo sobre supuestos poderes para saltar y escupir fuego, sus supuestas características extraordinarias y su presunta habilidad para escapar cautivaron la mente del público supersticioso, incrementándose con el paso del tiempo, lo que dio la impresión de que Spring Heeled Jack no envejecía. Como resultado, se forjó una leyenda urbana completa en torno al personaje, que tuvo reflejo en las publicaciones de la época, que a su vez avivaron esta percepción popular.

Conjeturas paranormales

Se han propuesto diversas explicaciones paranormales para explicar el origen de Spring Heeled Jack. Entre ellas están las siguientes:

* Una entidad extraterrestre con aspecto y características no humanas (como por ejemplo ojos rojos retrorreflectores o respiración de fósforo) y una agilidad sobrehumana propia de la vida en un mundo con elevada gravedad.

* Un visitante de otra dimensión, que podría haber entrado a este plano a través de un agujero de gusano o una puerta dimensional.

* Un demonio, invocado accidentalmente o aposta en este mundo por practicantes de ocultismo o que se manifestó solo simplemente para provocar confusión espiritual.

En la cultura popular

La amplia leyenda urbana construida alrededor de Spring Heeled Jack influyó sobre muchos aspectos de la vida de la época victoriana, especialmente en la cultura popular contemporánea. Durante décadas, especialmente en Londres, su nombre estuvo equiparado con el del bogeyman para asustar a los niños y lograr que se comportasen diciéndoles que si no eran buenos, Spring Heeled Jack saltaría de noche y les miraría a través de las ventanas de sus dormitorios.

Sin embargo, fue en la ficción donde la leyenda de Spring Heeled Jack ejerció su mayor influencia, debido a su presunta naturaleza extraordinaria. Casi desde el momento en que los primeros incidentes se hicieron públicos, se convirtió en un personaje de ficción de éxito, pasando a ser el protagonista de muchos penny dreadfuls entre 1840 y 1904. También se representaron varias obras teatrales donde adoptaba el papel protagonista.

Fuente: Wikipedia